La Hispanidad

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Para todos los Hispanos de ambos hemisferios

Carlos II, el rey con su propia leyenda Negra

La adoracion de la Sagrada forma por Carlos II. Obra de Claudio Coello en el Museo del Prado
La adoracion de la Sagrada forma por Carlos II. Obra de Claudio Coello en el Museo del Prado

El 3 de enero de 1687 el rey Carlos II creó la Superintendencia General de Hacienda poniendo al frente al Marqués de los Vélez. Sus objetivos fueron conocer el techo de gasto elaborando un presupuesto desde cero, condonar las deudas a los municipios para permitirles recuperarse, reducir los impuestos y terminar con los gastos suntuosos.

A Carlos II se le ha atribuido el inicio de la decadencia española, pero una parte de la historiografía actual ha cuestionado tanto esto como la gravedad de la salud del monarca, quien junto a sus hombres, logró mantener intacto el imperio frente al poderío francés de Luis XIV, consiguió una de las mayores deflaciones de la historia, el aumento del poder adquisitivo en sus reinos, la recuperación de las arcas públicas, el fin del hambre y la paz. Nos encontramos ante un rey estigmatizado que realmente es un rey desconocido, pero que fue quien comenzó las reformas y logró un bienestar. Todo ello durante el reinado de un rey, ni tan hechizado ni tan decadente, que en algunas regiones, como Cataluña o Italia, es tenido como uno de los mejores reyes españoles, por no decir el mejor.
El rey Carlos II, plenamente consciente de su incapacidad para asumir las funciones de gobierno, tuvo el buen criterio de poner al frente de los cargos más importantes a personas bien preparadas. Las primeras medidas para reducir la galopante inflación, evitar el déficit permanente y llenar las arcas reales las puso en práctica Fernando de Valenzuela, pero estuvo poco tiempo al frente de las finanzas y sus medidas no tuvieron tiempo de fructificar.
Estas medidas las retomó juiciosamente el siguiente valido Juan Francisco de la Cerda, duque de Medinaceli. Pese a que sus disputas con la Reina y otras personas influyentes fueron numerosas, de la Cerda ostenta el mérito de conseguir una de las mayores deflaciones de la Historia antes de dimitir de su cargo, lo cual fue perjudicial para las arcas públicas, pero muy beneficioso para los súbditos del Rey, primer paso para una recuperación económica.
Tras el abandono del duque de Medinaceli ocupa su lugar Manuel Joaquín Álvarez de Toledo-Portugal y Pimentel, conde de Oropesa, quien continúa con la política de colocar en los puestos claves a personas conocedoras de la materia y no a nobles por el mero hecho de serlo. Con todas estas medidas el reinado de Carlos II en lo económico ha sido calificado por autores como Ribot García como «un remanso de paz«, aliviando la presión sobre sus súbditos, permitiendo el superávit y acabando con las sucesivas bancarrotas en las que incurrieron su padre, su abuelo y hasta su bisabuelo. Además de posibilitar la llegada de fondos que sorprendieron gratamente a su sucesor años después.
 
Visto en la pagina de Facebook de El Ruego Ibérico, el 3 de Enero de 2025

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