La Hispanidad

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Para todos los Hispanos de ambos hemisferios

¿Qué hizo que México no fuera un país tan desarrollado y potencia como EEUU?

Noticia del Tiempo de Mexico anunciando el acuerdo Guadalupe Hidalgo en el que Mexico pierde su territorio
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El haberse quedado como una república endeudada y subordinada al imperio británico. El haberse dejado engañar por la masonería que alcanzó las esferas del poder al servicio de los intereses de los anglos. Por la adoración mítica a los aztecas que introdujo el astuto diplomático estadounidense Joel Roberts Poinsett, primer Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en México de Estados Unidos, en la sociedad mexicana para debilitar la cohesión de México.

Poinsett fue una figura clave en la ejecución de la «doctrina Monroe«, enunciada en 1823 por el presidente estadounidense Monroe, que se suele resumir en la frase «América para los americanos«, y donde leen americanos interpreten WASPs (blanco protestante anglo sajón) preferiblemente estadounidenses. Parte de la estrategia a la que con tanto éxito se dedicó Poinsett era cortar las conexiones de los nuevos países hispanoparlantes entre sí y con España; y el indigenismo fue una herramienta útil, utilizando la figura de los aztecas vencidos como admirables en vez de tener por referencia a los indígenas vencedores de la Conquista aliados a la Corona de España, Tlaxcaltecas y Totonacas entre otros, creando un quiebre identitario con resentimientos internos y hacia España sobre el que se ha construido el relato nacional de México, sustituyendo el relato histórico que tenía a Hernán Cortés por héroe fundador de México mestizo quien pasa a ser considerado un malvado opresor de la civilización indígena en su conjunto, junto con la gran Malinche y los Tlaxcaltecas señalados como traidores a su pueblo. Los grandes logros de los 300 años de la era virreinal hispana fueron despreciados ante la importancia dada a la civilización de los aztecas derrotada en la Conquista, y quedaron condenados a su desvirtuación y al ostracismo del conocimiento de la era virreinal en el reduccionismo a la Leyenda Negra hispanofóbica promovida por los anglos por toda Hispanoamérica para separar y debilitar a México y al conjunto de los hispanos.


Con su llegada a México, después de haber pasado por otros países hispanoamericanos como Chile, la organización de las logias masónicas del rito de York, dependiente de la «Gran Logia de Filadelfia», toma gran impulso. Mientras la logia escocesa, fundada por Manuel Condorniú, médico de O’Donojú, es moderada, ni anticlerical ni antiespañola, los yorkinos tienden hacia el liberalismo radical, proponen combatir el fanatismo (anticatolicismo), y rechazan lo español. Al momento del debate entre federalistas y centralistas, los partidos políticos se forman al interior de las logias. «en vez de trabajar para extinguir los odios políticos, sobreponerse al espíritu de partido y matar la discordia, se arrojó la venenosa semilla que daría amargos frutos, no disidencias transitorias(…) sino una constante guerra civil, el agotamiento del espíritu público y la debilidad de la República«.

Es posible considerar que Poinsett haya sido el hombre que más daño ha hecho a México.


El cinismo de Poinsett no terminó ahí, él mismo era partidario del exterminio de los indios, causa a la que se entregó con gran entusiasmo en Estados Unidos, una vez que regresó de sus «misiones especiales», en la década de 1830. Los objetivos de los estadounidenses fueron ocupar desde Florida y Texas en el Atlántico hasta California en el Pacífico, lo que consiguieron en pocos años.


Otro factor muy importante fue la escasa población europea que emigró a asentarse a México después de la independencia. Estados Unidos, al contrario creció demográficamente con población europea muy rápido y superó en buena medida a México de forma que le pudo arrebatar la mitad de su territorio en pocas décadas ya que al haberse divido la Monarquía Hispánica americana en dos decenas de repúblicas, no contó México con la ayuda de los demás hispanoamericanos, ni de España, para hacer frente a los gringos.

Así, Estados Unidos en 1810 tenía una población de 7.300.000 de los que 1.200.000 eran esclavos. En la misma época del inicio de la guerra de la independencia de México en el Virreinato de la Nueva España la población ascendía a cerca de 6.000.000 de los que más de la mitad eran indios, la cuarta parte mestizos y solo la quinta parte españoles y criollos. El número de esclavos era muy bajo y los negros menos de 10.000.

Por su parte Estados Unidos mantuvo un alto índice de crecimiento demográfico de población inmigrante de origen europeo, lo que supuso que en solo 30 años en 1840 Estados Unidos hubiera más que duplicado su población alcanzando los 17.000.000 de habitantes, pocos años antes de expandirse de costa a costa y a costa de México. De esos 17 millones, 2.500.000 eran esclavos negros, así que la población productiva de esclavos en Estados Unidos también se había duplicado en esos años; y 14.500.000 eran población de origen europea. En estas cifras no se incluyen nativos americanos porque Estados Unidos no los consideraba en sus censos al tenerlos por extranjeros cuyo destino era el desplazamiento o exterminio.

Los treinta años transcurridos desde el inicio de la guerra de la independencia fueron de gran atonía económica para México, con escasos cambios en la población e incapacidad, a diferencia de Estados Unidos, de atraer la inmigración europea. La inestabilidad que se produjo y que se prolongó en el tiempo no favoreció el desarrollo de la economía. La falta de crecimiento demográfico y de inmigración europea hacia México en relación al de Estados Unidos, supuso que Estados Unidos fuera por demografía y por población europea cada vez más poderoso en relación a México.

La cantidad de habitantes es, sin lugar a dudas, un elemento que ayuda a explicar el crecimiento económico en el largo plazo, toda vez que la población es consumidora, productora y fuente de energía para el proceso productivo. Así, una estimación del producto nacional debe tomar en cuenta la población que tiene que ser alimentada, alojada y vestida. La importancia de la población como factor del crecimiento económico es aún más evidente en una sociedad preindustrial donde el proceso productivo depende más de la energía del hombre, de su ingenio y del volumen creciente y calidad de sus mercados que de la ciencia y la tecnología. México con la independencia perdió los mercados hacia el resto de Hispanoamérica, hacia Filipinas y China y hacia España, quedando obligada por Gran Bretaña a comerciar con ella en régimen de nación más favorecida y limitarse a producir materias primas y adquirir los productos transformados en Gran Bretaña. Y se quedó atrás en relación a la ciencia y la tecnología.

La diferencia demográfica se agravaba aún más porque la población inmigrante europea tenía mayor conciencia y voluntad de prosperar que la población indígena mexicana, que en 1810 suponía más de la mitad de la población novohispana y estaba sumida en gran medida en la forma de vida de sus tradiciones ancestrales. O incluso que la acomodada criolla que favoreció la independencia más preocupada por mangonear el país y bien alejada del ímpetu de los inmigrantes europeos que iban a Estados Unidos a prosperar con su esfuerzo e iniciativa. Además, a tan gran sector de la población que eran los indios, se le marginó después de la independencia y se hicieron leyes muy lesivas para su sustento al expropiar las tierras y producciones comunales de gran parte de los indígenas y mestizos que fueron reducidos a la servidumbre casi esclavista y escasamente productiva de los satisfechos criollos aspirantes a convertirse en grandes terratenientes y a vivir de tantos.

Así que en términos demográficos y de actividad económica, la república independiente de México se quedó muy atrás en relación a Estados Unidos que asestó el golpe formidable al arrebatar a México sus territorios en Norteamérica heredados de España y que en poco tiempo después de su entrega a Estados Unidos resultarían ser fundamentales en el desarrollo de Estados Unidos y sus nuevas industrias, como el oro de las minas de California, los yacimientos de petróleo de Texas o el cuero de los rebaños vacunos, búfalos y otros productos que en aquella época se transformaban con beneficio a partir de sus huesos.


La doctrina Monroe se impuso al México independiente y a las otras nuevas repúblicas hispanas surgidas de las divisiones territoriales de la era virreinal hispana, que una a una eran todas más débiles que Estados Unidos, lo que le permitió a Estados Unidos imponer su voluntad a cada una, reduciéndolas a repúblicas bananeras o patio trasero suyo, perdiendo todas ellas el acceso a un gran mercado propio, mejorable sin duda como todo, que estaba desarrollando industrias que fueron truncadas (p.e. se prohibió realizar actividad comercial con barcos que no fueran británicos y con ello hundieron la industria de construcción naval favoreciendo a los británicos) y la unidad de su superioridad demográfica frente a los estadounidenses, todas las nuevas repúblicas quedaron enseguida endeudadas y subordinadas al imperio británico y a los estadounidenses, cuyos intereses se han dado un enorme festín con el pastel hispano desde entonces.

Autor: José María Trevijano. Marbella. Publicado en Quora en 2024

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